La escuela es un agente socializador y reproductor de valores presente en la sociedad, por lo tanto debe destinar un espacio para la educación en valores, acompañado en todo momento de la familia y la comunidad como agentes importantes de esta tarea.
La educación en valores es sencillamente educar moralmente, promoviendo el respeto y el amor, tanto personal como colectivo, reconociendo la dignidad de todos los seres.
La escuela debe ayudar a construir criterios para tomar decisiones correctas y orientar nuestra vida, contribuyendo en el proceso de desarrollo y adquisición de las capacidades para sentir, pensar y actuar de forma adecuada.
La familia es claramente el primer contexto de aprendizaje para las personas, en este sentido, es importante aclarar que en su seno aprenden no sólo los niños sino también los adultos. En la familia se ofrece cuidado y protección a los niños. También ella contribuye a la socialización de los hijos en relación a los valores socialmente aceptados.
Los padres son uno de los modelos más importantes para los jóvenes que crecen. Ellos tienen una influencia enorme en sus niños. Los niños crecerán haciendo lo que sus padres hacen en lugar de lo que dicen. Si no damos un buen ejemplo, no podemos esperar normas elevadas de nuestros niños.
Los padres y educadores debemos tomar conciencia del papel tan fundamental que como formadores asumimos, esta es la misión mas bella que se nos ha encomendado y debemos cumplirla con el más grande amor y entusiasmo en favor de nuestros niños.
La educación se inicia en el hogar y se consolida en la escuela, es un proceso donde intervienen padres, representantes, la familia y los docentes, para formar un individuo capaz de convivir en una sociedad, compartiendo sus alegrías y tristezas con sus compañeros y comunidad en general.
Prof: Mirla Pire
C.I. Nº V-12.025.197
Docente de Primer Grado de
